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The mysterious humming noise and the light coming from the living room are keeping the young protagonist of this story awake. To understand what is going on, she reaches the room where her mother is and realizes that she's busy sewing protective masks. She also finds out that from now on all essential workers and all those who have to commute to go to work, must wear a mask. Once the young lady's reluctance is won, and she resolves to wear a colorful mask made by her mother, she asks her to teach her how to sew. She wants to make a mask for her grandfather, who, touched by her gesture, hugs her tight as he walks in after his tiring shift at the hospital.
Como cualquier otro día, Noah Henry se está preparando para ir a la escuela, pero sus padres le avisan que está cerrada. Lamentablemente, el zoológico también está cerrado, y tampoco podrá jugar con sus amiguitos. La situación no cambia ni siquiera cuando, después de hablar con su maestra, él y su hermano menor se lavan las manos como se les indica. Cuando sale a dar un paseo con su familia, nota que sus amigos han dibujado arcoíris en sus ventanas. Se dieron cuenta de que todos tenían la misma incertidumbre, pero ahora esperan poder jugar juntos pronto otra vez.
Las familias les han explicado a los pequeños protagonistas de esta historia que a partir de ahora todo mundo tendrá que usar una máscara protectora, y que se les pedirá que mantengan su distancia entre sí. A medida que las máscaras se compran y se entregan, los pequeños van a la heladería, cada uno acompañado de su madre o su padre. Se divierten al ver a los adultos usando sombreros graciosos como un recordatorio de esta nueva regla. Sin embargo, el distanciamiento social y las máscaras no debilitarán su espíritu, al contrario: su entusiasmo se fortalecerá al verse y saludarse entre sí mientras hacen fila afuera de la heladería. Después de que, uno por uno, entran y compran su helado, todos regresan a sus respectivos hogares para disfrutarlo.
ابطال ھذه القصة اولاد أبلغوھم اھالیھم عن انھ من الآن وصاعداً یجب وضع ك ّمامات واقیة والابتعاد عن بعضھم البعض في الأماكن العامة. ذھب الصغار لشراء البوظة، ومرحوا لرؤیة اناساً كبار یرتدون قبّعات مضحكة للتذكیر بالقانون الجدید. على الرغم من التباعد وارتداء الك ّمامات، حافظ الأولاد على روحھم المرحة واستمتعوا برؤیة بعضھم البعض قبل العودة إلى منازلھم
El misterioso zumbido y la luz que viene de la sala mantienen despierta a la protagonista de esta historia. Para averiguar lo que está pasando, va al comedor y se da cuenta de que su madre está ocupada confeccionando máscaras protectoras. También descubre que a partir de ahora todos los trabajadores esenciales y quienes tengan que viajar para ir al trabajo deberán usar máscara. Una vez que la pequeña domina su incomodidad y decide usar una máscara de colores confeccionada por su madre, le pide a esta que le enseñe a coser. Quiere hacer una máscara para su abuelo, quien, conmovido por su gesto, la abraza con fuerza al llegar a casa tras su agotador turno en el hospital.
The mysterious humming noise and the light coming from the living room are keeping the young protagonist of this story awake. To understand what is going on, she reaches the room where her mother is and realizes that she''s busy sewing protective masks. She also finds out that from now on all essential workers and all those who have to commute to go to work, must wear a mask. Once the young lady''s reluctance is won, and she resolves to wear a colorful mask made by her mother, she asks her to teach her how to sew. She wants to make a mask for her grandfather, who, touched by her gesture, hugs her tight as he walks in after his tiring shift at the hospital.
The young protagonists of this story are told by their families that from now on everybody will have to wear a protective mask, and that they will be asked to keep their distance from each other. As the masks are purchased and delivered, the young people set out to the ice-cream shop, each one accompanied by a parent. They are amused to see adults wearing funny hats as a reminder of this new rule. However, social distancing and masks will not turn their spirit off and their enthusiasm is further reinforced by seeing and waiving at each other as they queue up. Once everyone has walked into the shop in turn, and bought their ice cream, they all go back to their respective homes to enjoy their gelato.
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