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Quizá se han difuminado muchos de los hechos que nos cruzan en la vida para hacer una película que queda en un anecdotario. Pero cuando los recuerdos son nítidos y las experiencias en ellos están todavía latentes, parece importante dejarlas por escrito, cuando menos por un legítimo derecho a la memoria y compartir unas imágenes colectivas que abundan en vivencias más generales y un sentimiento más acogedor que no haberlo repasado nunca No quiere esto decir que el lector se identifique con el relato que se ofrece, pero sí que hay sensaciones y recuerdos que merecen la pena prioritaria en el transcurso personal de la evolución de los recuerdos. Se ofrece, en estas líneas, el testimonio bastante fiel de recuerdos que serán familiares para muchos lectores y, tal vez, la coincidencia de los mismos entornos conocidos o comentados en un periodo aproximado de treinta años (1.959-1.989), que encarna la narrativa en un niño que se va haciendo hombre y es tocado por las circunstancias más comunes de su generación. Los lugares que se citan de Bizkaia, huyendo de anacronismos, tienen la denominación histórica correspondiente y se citan, como botón de muestra Plentzia, Barrika, Berango, Górliz, Getxo, Sondika, Bilbao, Basauri, Galdakao,...y algunas personas no coinciden con los nombres propios, pero se puede decir que la fotografía de la generación es bastante correcta y precisa, a pesar del breve relato. En todo caso, queda el sentimiento íntimo de homenaje a la tierra que te vio nacer, crecer y madurar y que no puede evitar ser su embajador allá donde vayas.
Es complicada la mente humana. Hay avances científicos para preservar la salud mental. Pero la persona que adolece de una mala salud de la mente, es víctima de sí misma. Podrá tener las ayudas abnegadas de sus familiares. Podrán haber llegado a ese punto por diversas causas, unas endógenas (como las genéticas), y otras exógenas (drogas, alcohol, etc...). La sociedad se ha dotado de tratamientos psiquiátricos para atajar tan terrible dolencia, pero la persona afectada es la que más sufre las limitaciones y cuadros clínicos perturbadores. En este librito se encontrará un problema sin solución causal definitiva. El protagonista siempre ha arrastrado una psicopatía. La Medicina, sin embargo, consigue un tratamiento aceptable de la enfermedad. Mayor aliciente parece el poder adentrarse en las alucinaciones o cuasi paranoias que experimenta el viajero de un tren, cuando padece de insomnio y no consigue atajarlo, aunque tome sus medicamentos. Son sueños ajenos en los que logra adentrarse el protagonista hasta llegar a Bilbao desde Madrid en el tren, Y van desde las claves de los aventureros, una LOGIA, Velázquez, Cristóbal Colón, etc... La estancia en una Residencia de reposo acaba bien, Le regulan la medicación y empieza su vida habitual. Pero el meollo es anterior en el relato. No se pretende una erudición psiquiátrica, ni mucho menos, sino, tan sólo, poner algunas imágenes que pueden desmenuzar mitos y críticas populares y que carecen de fundamento en la vida real.
JOSÉ ANTONIO SÁINZ NIETO,Títulos: Trébol con tallo de luz, Personas, Relato, El secreto de Ptah, Sí a la vida,El secuestro de la voluntad,etc...Acuarelas: 120 expuestas entre 1.999 y 2015
Lawrence J. Saint nos propone bordear el genuino camino del género negro, con disparos, gansters, soplones, traidores, armas, escondites, frustraciones y muertes, pero también con otro más amable: el trabajo honrado, el compañerismo, la amistad,...el amor. No diríamos que es una novela policíaca. Los protagonistas son detectives con buena relación en la Comisaría, pero al servicio de una empresa privada. Por circunstancias de su tráfico mercantil, Martin O¿Hara y Robert Kane encarnan la responsabilidad de su empresa para custodiar un cargamento importante de vacunas antiCovid en los albores de la pandemia. Dado su importante valor económico, varios esbirros mercenarios tratarán de asaltar el convoy que las transporta. Opera prima en el género, Lawrence J. Saint, no deja de utilizar un lenguaje correcto y ameno que llega a cautivar por la agilidad y la intriga en varios escenarios
La trepidante velocidad con que se desarrollan los acontencimientos en la cultura contemporánea está menguando nuestra capacidad volitiva de decidir.La voluntad está "secuestrada" por las mismas causas que en todos los tiempos, aunque sus manifestaciones actuales puedan distraer su juicio. Extraña que los 6.000 millones de protagonistas de "esta obra" no hayamos claudicado todavía y sigamos siendo capaces de asirnos a una libertad de espíritu que deja crear y se deja renacer con su natural idiosincrasia, para ofrecernos las relaciones humanas como un arte de comunicación dual.Bastan dos artistas para abundar su universo.
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