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Los hermanos Perales hicieron un largo viaje a las montañas en busca de un tesoro, cuando lo tenían más cerca de lo que imaginaban. Enemistados hasta el absurdo, crecieron creyendo que la única y verdadera misión de los hombres en la tierra era la de convertirse en rico y para eso no existen amigos sino cómplices; que la lealtad se compra; que todo trato es una guerra; y así fueron construyendo su mundo, rodeados de clientes y proveedores oportunistas, de supuestos amigos que viven de sus peleas, de empleados que los detestan. Incapaces de demostrarse afecto mutuo, se lanzan diatribas e insultos todos los días, porque todos los días los comparten, ya que al mismo tiempo son socios. Todo cambió, sin embargo, cuando fueron salvados en una cueva conocida como El Encanto.
Segunda parte del libro Bosque Seco - Cuentos Aldeanos. En esta entrega se presentan diecinueve relatos que mantienen la misma temática del primer libro. Relacionados con los personajes, mitos y costumbres de los pueblos que colindan con el bosque seco en la región sur oriental de la ciudad de Tumbes, Perú.
Siempre se consideró que el abuelo materno de Carlos Augusto Salaverry Ramírez fue Francisco Ramírez de Gastón. En este libro se demuestra que en realidad se trataba de Francisco Ramírez de Arellano y Baldés de Montenegro o Francisco Ramírez y Baldés, como él decidió que fuera. También que el verdadero nombre de su esposa fue Narcisa Duarte y Ramírez, con lo que intenta ayudar a corregir este error histórico.
En total son diecisiete cuentos, a los que hemos llamado aldeanos, para expresar que se desarrollan en espacios rurales; y en este caso, específicamente en espacios de lo que se conoce como Bosque Seco, en el norte peruano. No los presentamos tal como se cuentan, o como se contaron alguna vez, si no, en interacción con los personajes que los habrían vivido real o ficticiamente en el transcurso del tiempo. En algunos de los cuentos solo se recogen los mitos o creencias, como parte de la cultura de estos pueblos y se integran en una única narración.
Una desgracia los llevó a pensar que la vida ya no valía la pena vivirla, pero sin decidirse a ponerle fin, renunciaron a la sociedad para refugiarse en la montaña, donde abrazados por la naturaleza dedicarse a descubrir el sentido de su existencia a pesar del sufrimiento, gracias a esta decisión volverían a encontrar la razón para seguir luchando, saliendo de la oscuridad, ponerse en paz con ellos mismos, la sociedad, el universo; y finalmente con Dios, según su particular entendimiento de Él y su forma de encontrarlo.
Al margen de la existencia o no de los espíritus, de entes carentes de toda materialidad, no me cabe duda de que lo vivido en la fábrica que los diarios amarillos llamaron siniestra, estaba dirigido a descubrir un hecho macabro de venganza y muerte. Fantasmas o no, hubo una fuerza poderosa que me fue empujando en la dirección que ella quiso. Mi nombre es Miguel Rodríguez, ingeniero; y esta es mi inexplicable experiencia, que se la presento en la forma más ajustada a la verdad.
Es la historia de Federico, un joven que de haber nacido en un pueblo muy pequeño del extremo norte peruano, se traslada a Canadá siendo casi un niño, como polizón en un barco que partió del puerto de Paita, participa en la Segunda Guerra Mundial, vive su primera historia de amor y la más grande decepción que lo marcaría para siempre. Eso hace que vuelva y logre curar sus heridas del alma, buscando y encontrando la felicidad en el lugar más inesperado; y termine sus días en el pueblo en el pueblo que lo vio nacer, de la manera que nadie hubiera podido imaginar. Durante su vida le dio varios golpes de timón a su destino, cambiándolo radicalmente sin poder evitar que se convierta en un rizo donde el inicio se juntó al final.
Amor Vetado es una novela inspirada en un hecho real, ambientada en la ciudad de Piura, en el extremo norte de Perú, antes de la Pragmática de Carlos III sobre el matrimonio de los hijos de familia. El capitán y regidor perpetuo don Luis Felipe ha vetado el amor que surgió desde la adolescencia entre su hijo y una jovencita hija de una comerciante de telas y modas para la élite de Piura. Sustenta su oposición en una manifiesta desigualdad con grave daño al honor de la familia. Convirtiendo el amor de una pareja muy joven en un amor perseguido, prohibido, vetado. Con todo su poder, la familia del joven pretendiente no puede demostrar la supuesta desigualdad, porque la causa real es el prejuicio. El papel de la iglesia era determinante en la validez de un matrimonio y entendía a este, más como sacramento que como contrato, por esto tendía a favorecer a las parejas que decidían casarse libre y voluntariamente, antes que a los matrimonios pactados por los padres. Lo mismo debería suceder con esta pareja, pero no fue así. La demanda ante la justicia eclesiástica, de la joven contrayente, solamente sirvió para comprobar la parcialización y el poder de la familia del pretendiente. A los opositores a este casamiento, no les asistía la razón ni la ley, por eso recurrieron a procedimientos ilegales, no obstante que los contrayentes eran de calidad similar, pues compartían hasta un mismo árbol genealógico. La única diferencia tangible era la fortuna.
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