Gør som tusindvis af andre bogelskere
Tilmeld dig nyhedsbrevet og få gode tilbud og inspiration til din næste læsning.
Ved tilmelding accepterer du vores persondatapolitik.Du kan altid afmelde dig igen.
En Revista política de las diversas administraciones que la República Mexicana ha tenido hasta 1837 José María Luis Mora hace un análisis del sistema político mexicano durante la primera parte del siglo XIX.José María Luis Mora fue un historiador, político y sacerdote mexicano, uno de los principales representantes del liberalismo en México de la primera mitad del siglo XIX. Doctor en Teología por la Real y Pontificia Universidad de México.Impartió cursos de filosofía y colaboró en publicaciones como El Sol, La Libertad, El Observador y El Indicador. Además, fue diputado por el Congreso Local del Estado de México y miembro del Congreso Nacional por el estado de Guanajuato.Entre 1833 y 1835, fue el consejero del presidente Valentín Gómez Farías. Luchó por la separación entre la educación y el clero, y por el acceso universal a la enseñanza. Creó el Colegio de Ideología. Destacó como pensador durante la primera Reforma.Desde que apareció por segunda vez la Constitución española en México a mediados de 1820, se empezó a percibir en esta república, entonces colonia, un sentimiento vago de cambios sociales, el cual no tardó en hacer prosélitos, más por moda y espíritu de novedad, que por una convicción íntima de sus ventajas, que no se podían conocer, ni de sus resultados, que tampoco era posible apreciar. Este sentimiento, débil en sus principios, empezó a ser contrariado por una resistencia bien poderosa en aquella época, que, combinada con otras causas, produjo la independencia. Efectuada ésta, nada se omitió para contener el movimiento social y la tendencia a los cambios políticos que empezaba a ser más viva, pero que no salía todavía de la esfera de un deseo. Se quiso comprometer en el partido de la resistencia al general Iturbide, pero nada o muy poca cosa se logró en esto, a pesar de que el partido escocés que derribó el trono era el núcleo de semejantes deseos. La voz república vino a sustituir a la de imperio en la denominación del país; pero una y otra eran poco adecuadas para representar, mientras se mantuviesen las mismas instituciones, una sociedad que no era realmente sino el virreinato de Nueva España con algunos deseos vagos de que aquello fuese otra cosa.
En 1949 el escritor cubano Jorge Mañach agradeció a José Lezama Lima en una carta pública el regalo de un ejemplar de su libro de poemas La fijeza, editado enesas bellas ediciones de la revista Orígenes, que usted viene dirigiendo desde hace algunos años con heroísmo y prestigio sumos.Por entonces ya Lezama era una figura en el panorama literario cubano y reivindicaba su parcela en él, con sus particularidades inherentes. Había madurado también su sistema poético, que, en La fijeza alcanza un esplendor que luego quedará reforzado en sus ensayos.El título evoca el barroco de Luis de Góngora. La fijeza es el tiempo que resisten los objetos ante la luz, dice Lezama en referencia al concepto gongorino. En La fijeza debate la posibilidad, anhelada por Lezama, de un creación verbal, en cuyo acto quede abolida la causalidad. El poeta no se conforma con la contemplación de la realidad aparente, lo que el autor quiere reflejar es el eterno reverso enigmático de la cosas. Poemas como:Rapsodia para el muloMuerte del tiempoProcesiónTangenciasÉxtasis de la sustancia destruidaResistenciaSon un paso más allá en el camino que recorre Lezama. Aquí el autor avanza en su intento de hacer de la poesía un sistema que nos revele un mundo nuevo, cuya causalidad es la de las conexiones poéticas. Asimismo, entre otros poemas más herméticos, estos destacan por la cadencia con que la voz del poeta nos lleva a su mundo.
Entre varios papeles que dejó Félix de Azara en poder de su compañero y amigo, don Pedro Cerviño, se hallaba el borrador autógrafo de su Correspondencia oficial inédita sobre los trabajos de demarcación: documento importante, que contiene la historia de las controversias suscitadas por los Comisarios portugueses, con varias observaciones sobre el tratado de 1777.La Correspondencia oficial tuvo enorme valor en las negociaciones entre los españoles y los portugueses de aquellos tiempos por los territorios coloniales. En esta Correspondencias se señalan los errores de los negociadores;sobre todo el de hacer pasar la línea de demarcación por dos ríos (Ygurey y Corrientes), que no se hallaban donde los negociadores los habían colocado.Al cabo de muchas investigaciones Azara ubicó, el primero en el Yaguarey, o Igurey de d'Anville, y el segundo en el río Appa.Esta Correspondencia oficial permitió así reordenar razonadamente territorios en disputa, pacificando y consolidando el surgimiento de futuros países latinoamericanos.
El Coloquio con Juan Ramón Jiménez es el primer ensayo publicado por José Lezama Lima. Apareció en 1938, en la Revista Cubana, y años más tarde en el libro de ensayos de Lezama Analecta del reloj. El Coloquio empieza con una nota de Jiménez en que declara que:en las opiniones que José Lezama Lima me obliga a escribir con su pletórica pluma, hay ideas y palabras que reconozco mías y otras que no.Este libro fue originalmente un diálogo. Se basa en una entrevista hecha por Lezama a Jiménez durante la estancia de este en Cuba, en noviembre de 1936, en su exilio por la Guerra civil española. Más allá de que contiene parlamentos diferenciados para los dos interlocutores (indicados con las iniciales J. R. J. y la referencia Yo), no es posible discernir qué pasajes del texto tienen a uno u otro autor.Lezama establece desde muy pronto su tema de reflexión. La primera pregunta del Coloquio y las ideas de Lezama que siguen así lo indican:¿no ha percibido ciertos elementos de sensibilidad [...], que nos hagan pensar en la posibilidad del "insularismo"?Deseo hacer constar que formulo la pregunta en una cámara donde flota la poesía, que la pregunta va dirigida a un poeta cuya respuesta siempre fabricaría claridad. La respuesta que pudiera dar un sociólogo o un estadista no nos interesaría ahora.
Los sueños son textos satíricos, escritos entre 1606 y 1623. De ellos circularon abundantes Manuscritos, aunque no se imprimieron juntos hasta 1627.Se habla aquí de oficios y personajes, siempre con una intención crítica y de denuncia casi periodística. Todo ello con un andamiaje narrativo (incluidos los diálogos) en los que hay una presentación, una exposición de personajes y hechos y un epílogo.La obra fue recogida en un solo volumen por primera vez en 1627. Se trata de narraciones de inspiración lucianesca en que se ironiza sobre diversas costumbres, oficios y personajes de la época.El Sueño del juicio final es quizás el mejor ejemplo del propósito de este libro.Francisco de Quevedo hace una sátira de las distintas profesiones y estatus sociales. Aquí aparecen juristas, médicos, carniceros, hidalgos, poetas, astrólogos. La obra incluso se refiere a los malos practicantes de las distintas religiones, con alusiones a Mahoma, Lutero y Judas.La presente edición se compone de:Sueño del juicio final (llamado también después El sueño de las calaveras), aparecido en 1606;El alguacil endemoniado (retitulado El alguacil alguacilado), aparecido en 1607;Sueño del infierno (o Las zahúrdas de Plutón, en otra versión), aparecido en 1609;El mundo por de dentro, aparecido en 1612;y el Sueño de la muerte (también conocido como La visita de los chistes), aparecido en 1621.Destacan por su reflexión religiosa, tres relatos que encontramos dentro de la obra, el Sueño del juicio final, junto con el Sueño del infierno y Sueño de la muerte, aluden directamente a tres de las postrimerías (Juicio, Infierno, Muerte).El tema general, como ya se ha dicho anteriormente, es la satirización de los humanos viciosos. Lo que va cambiando son los diferentes personajes que aparecen.Quevedo es un espíritu crítico y satírico, y también un moralista, un censor que vive con angustia la decadencia española, que le empuja a crear su propio infierno, pero basándose en dos clásicos: Virgilio y Dante.El título completo de estas piezas de Francisco de Quevedo, a medio camino entre la crónica y la narración, es Sueños y discursos de verdades descubridoras de abusos, vicios y engaños, en todos los oficios y estados del Mundo.
En 1939, el presidente de la República de Cuba, Federico Laredo Brú, trató de mediar entre los jefes de la oposición y Fulgencio Batista para sentar las bases de la convocatoria a una Convención Constituyente.En una histórica reunión convocada por Laredo Brú en la finca Párraga en el Wajay,Ramón Grau San Martín,Fulgencio Batista,Mario García Menocal,Joaquín Martínez Sáenzy Miguel Mariano Gómezacordaron sellar el Pacto de Conciliación que culminó en la Constituyente. La nueva constitución se debatió públicamente durante seis meses y se adoptó en el Capitolio de La Habana.La Constitución cubana de 1940 fue firmada finalmente el 1 de julio de 1940, en Guáimaro, como tributo a los independentistas cubanos que firmaron allí la Primera Constitución de Cuba de 1869.Con la promulgación de esta constitución, Cuba se convierte en un estado social de derecho, independiente y soberano. Se autodefine como una República unitaria y democrática orientada al desarrollo de la personalidad, la solidaridad, la justicia y el bienestar general. Asimismo defiende las instituciones sociales fundamentales como el trabajo, la familia y la cultura.La Constitución cubana de 1940 sorprende a muchos por su modernidad y espíritu soberano. Las razas, la emigración, la condición de la mujer (véase la lista de mujeres que figuran en su Consejo constituyente), la igualdad de posibilidades y la defensa de un Estado protector de las clases desfavorecidas son algunos de sus principales atributos.Sin embargo, quedó siempre pendiente el cumplimiento de lo aquí estipulado y tras el Golpe de estado de 1952, la Revolución de 1959 terminó derogándola.
Argirópolis o la Capital de los Estados Confederados del Río de la Plata (1850), plantea el tema de la utopía en Hispanoamérica, desde una perspectiva cercana a la del Facundo. Domingo Faustino Sarmiento pretendió crear una nueva capital para una Confederación de Estados integrada por Argentina, Paraguay y Uruguay en la Isla Martín García. Ubicada en la confluencia del río Paraná con el río Uruguay, la isla sería, a su vez, una triple frontera entre los tres estados.De este sueño político nace Argirópolis y la reflexión de Sarmiento sobre la armonía y la buena convivencia política.
Las Crónicas sociales recogen artículos de José Martí sobre la vida social y política de diferentes países de Latinoamérica. Son un texto de referencia en la literatura cubana del siglo XIX.Las crónicas martianas son una muestra del mejor periodismo escrito por el escritor cubano. Sus rasgos son:el conocimiento y dominio del tema,la documentación rigurosa,la atención al detalle,y a todo ello se suma su inconfundible estilo,su lenguaje, su ética y el vigor de su palabra que se proyecta a través de los siglos.Las ideas y reflexiones de José Martí, manifiesta a través de sus crónicas, conservan una asombrosa vigencia y la claridad imprescindible para entender, tanto la historia como la realidad social, política y económica actual de las naciones que conforman el continente americano.
La Constitución española de 1869 sustituyó a la Constitución Española de 1845. Se aprobó bajo el Gobierno Provisional de 1868-1871, formado tras la Revolución de 1868 que puso fin al reinado de Isabel II.Proclamada, entre otros, por Juan Prim y Juan Bautista Topete, estuvo vigente durante el reinado de Amadeo I.Tras la proclamación de la Primera República Española, en febrero de 1873, solo quedó en vigor el Título I. El que proclama las libertades y derechos fundamentales.Más tarde se restableció tras el golpe del general Manuel Pavía que dio paso a la dictadura de Francisco Serrano.La Constitución española de 1869 quedó sin vigor tras el pronunciamiento de Arsenio Martínez Campos en diciembre de 1874. Este suceso dio paso a la Restauración borbónica en España, bajo el gobierno de la Constitución Española de 1876.
El 5 de octubre de 1988, se promulgó la Constitución de Brasil de 1988 o Constitución de la República federativa de Brasil, la cual también fue conocida como la Constitución Ciudadana. Este texto tiene vigencia en la actualidad y fue elaborado por la Asamblea Nacional Constituyente, compuesta por 559 diputados, y presidida por Ulysses Guimãres.La Constitución Federal de 1988 estableció que la República Federativa del Brasil se constituyera como un Estado Democrático de Derecho. Así inauguró una nueva era en el constitucionalismo brasileño y se rompió un ciclo autoritario. Pues Brasil vivió en dictaduras desde 1964 hasta mediados de la década de los ochenta.Su estructura difiere de las constituciones anteriores. Comprende nueve títulos, que tratan:1) de los principios fundamentales;2) de los derechos y garantías fundamentales, según una perspectiva moderna y que abarca los derechos individuales y colectivos, los derechos sociales de los trabajadores, la nacionalidad, los derechos políticos y de los partidos políticos;3) de la organización del Estado, en la que estructura a la federación con sus componentes;4) de la organización de los poderes: Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y Poder Judicial, con la manutención del sistema presidencialista, derrotado el parlamentarismo. Contiene, además, un capítulo sobre las funciones esenciales de la Justicia, con ministerio público, abogacía pública (de la Unión y de los Estados), abogacía privada y defensa pública;5) de la defensa del Estado y de las instituciones democráticas, con mecanismos del estado de defensa, del estado de sitio y de la seguridad pública;6) de la tributación y del presupuesto;7) del orden económico y financiero;8) del orden social;9) de las disposiciones generales.Finalmente, viene el Acto de las Disposiciones Transitorias. Ese contenido se distribuye en 245 artículos en la parte permanente, y 73 artículos más en la parte transitoria, reunidos en capítulos, secciones y sub-secciones.
El libro de los ingenios: colección de vistas de los principales ingenios, de Eduardo Laplante y Justo Germán Cantero, está entre los libros impresos en Cuba más célebres y codiciados. Editado con maestría; contiene veintiocho grabados, diecinueve representan exteriores y nueve interiores de casas de caldera, en los que se muestra escenas de la industria azucarera. Fue impreso en la Litografía de Luis Marquier y presentado por la Real Junta de Fomento de Cuba.El sumario de El libro de los ingenios es de por sí un panorama de los propietarios de ingenios de Cuba y de la localización de sus mejores fábricas en el territorio de la isla en 1855, año de la primera edición.La idea de editar un libro sobre la industria azucarera surgió de Justo German Cantero, destacado empresario del ramo, radicado en Trinidad. German Cantero conoció a inicios de la década del cincuenta a Eduardo Laplante, litógrafo y pintor de origen francés recién llegado al país, y lo animó a preparar una lujosa publicación que plasmara el entorno de los ingenios azucareros más importantes del país, algunos de los cuales le pertenecían.En 1853, el gobierno colonial permitió la publicación y, desde 1855 a 1857 se llevaron a cabo ocho entregas sucesivas que contenían 36 litografías: veintiocho eran vistas litográficas tomadas en el sitio y coloreadas a mano y las ocho restantes eran planos y dibujos de máquinas. El libro se imprimió en la litografía de Luis Marquier y fue presentado por la Real Junta de Fomento de Cuba.Durante dos largos años, Laplante se personó en los ingenios escogidos para dibujar las casas de calderas o las hermosas vistas de sus instalaciones y bateyes. Mientras tanto, Cantero iba coordinando el contenido gracias a las relaciones que mantenía con otros dueños de fábricas de azúcar.En El libro de los ingenios se detallan el desarrollo científico-técnico, la historia, la economía y los procesos que permitían la extracción de sacarosa, todo ello ilustrado por las imágenes idílicas de las fábricas de azúcar, sus campos y los entornos paisajísticos, realizadas por Laplante. De este modo, los autores brindaban una visión óptima de la plantación esclavista azucarera en Cuba.
El Sumario de la natural historia de las Indias fue uno de los primeros documentos impresos sobre la flora y la fauna americanas. Escrita por el madrileño Gonzalo Fernández de Oviedo y publicada en Toledo (España) en 1526. El autor llegó a las Indias en 1513 en la expedición de Pedrarias Arias a Panamá y trabajó como escribano de minas.También fue capitán y alcaide de la fortaleza de Santo Domingo. En 1532 fue nombrado cronista oficial de Indias. Murió en 1557 en Santo Domingo.Además de ser un gran historiador, Oviedo fue un importante etnólogo y naturalista. Ocupó un papel destacado en la historia de la ciencia americana, especialmente de la biología, ya que fue el primero en estudiar y describir, con precisión admirable, muchas especies animales y vegetales.Gonzalo Fernández de Oviedo publicó el Sumario de la Natural Historia de las Indias (1526), dedicada a Carlos I. Era un adelanto del tratado que tengo copioso de todo ello. Evidencia de que había empezado a redactar su obra más famosa, la Historia general y natural de las Indias, islas y tierra firme del mar océano, que relata acontecimientos que van de 1492 a 1549.Tras una breve disquisición sobre la navegación al Nuevo Mundo, el Sumario de la natural historia de las Indias trata de La Española, Cuba y otras islas de las Antillas, así como de Tierra Firme, ocupándose de los habitantes y sobre todo de los animales y vegetales; los minerales le merecen muy poca atención, a excepción del oro.
Este es un compendio de Todas las Constituciones cubanas del siglo XX.Constitución de 1901Enmienda Platt de 1901Constitución de 1902Constitución de la República de Cuba. 1940Constitución de 1976Constitución de 1992
Esta edición de las "Constituciones fundacionales de Nicaragua" reúne dos documentos cruciales en la historia política de Nicaragua: las Constituciones de 1826 y 1838. Estas constituciones reflejan un período significativo de formación estatal y de definición de la identidad nacional en un contexto de cambios y desafíos post-independencia.La Constitución de 1826, proclamada tras la Asamblea Constituyente elegida en 1825, establece las bases del Estado de Nicaragua, definiendo su territorio, derechos y deberes. Este documento articula una visión de Nicaragua como parte de la Federación de Centroamérica y detalla la estructura de su gobierno, la organización territorial y las responsabilidades de los funcionarios del Estado. También aborda aspectos clave como los derechos y deberes de los nicaragüenses, la religión, el sistema electoral y los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.La Constitución de 1838, por su parte, representa una evolución en el pensamiento político y social de Nicaragua. Con un enfoque en la reforma y modernización, esta Constitución profundiza en la estructura del poder legislativo, la organización de las cámaras representativas y el poder ejecutivo. Además, incluye disposiciones detalladas sobre la formación y promulgación de leyes, la justicia civil y criminal, y las atribuciones específicas de los tribunales, estableciendo un marco más robusto para la administración de justicia y el funcionamiento gubernamental.Ambas constituciones, con sus títulos y secciones detalladas, marcaron el marco legal y administrativo de Nicaragua durante la época y reflejando los ideales y aspiraciones de una nación en proceso de consolidación. Son documentos fundamentales para entender la evolución política de Nicaragua y su camino hacia la formación de un Estado soberano y organizado.
Las Cartas de Juan Sintierra fueron publicadas por José María Blanco White entre marzo y diciembre de 1811 en el periódico londinense El Español. Son una lúcida crítica a las Cortes de Cádiz, en un momento de incipiente desarrollo de los modelos constitucionales en España. Sin embargo, en estas cartas Blanco White es pesimista en sus expectativas. No cree que los miembros de las Cortes sepan legislar a la altura del momento histórico que vive el país. Por entonces España estaba bajo la ocupación francesa y el reinado de José Bonaparte.En esos tiempos Blanco White es un Juan Sintierra, vive exiliado en Londres, a salvo de las persecuciones provocadas por el fervor religioso de su patria. Jamás soñó que años después sería incluido en la Historia de los heterodoxos españoles, de Marcelino Menéndez y Pelayo. Dejemos que el autor hable. A continuación citamos la primera de las Cartas de Juan Sintierra.Señor Editor del Español:Muy señor mío: Hace algunos días que recibí una carta de Cádiz escrita por un sujeto de indudable crédito y veracidad, e impuesto bastante a fondo en los negocios públicos, de la cual he creído conveniente dar a usted noticia, porque según veo, usted tiene muy pocas directamente de aquel pueblo. Mis noticias no son agradables, y si yo hubiera de publicarlas con mi nombre seguramente no habrían salido de mi cartera; mas como usted en estas materias tiene ya poco que perder, quiero decir, como el odio que usted ha excitado en muchos de sus paisanos no ha de crecer ni menguar porque diga usted algo de nuevo que les disguste, me determino a mandar mis noticias, envueltas en un centón de reflexiones, por si quiere usted publicarlas, y, como decimos comúnmente, sufrir por mí las pedradas.Ya sabe usted, dice mi amigo de Cádiz, que yo he sido de los más alegres en materias de revolución de España; pero he venido últimamente a caer en mucho desaliento. Las Cortes, en que teníamos puestas nuestras últimas esperanzas, han errado el golpe, y no han excitado, o no han sabido conservar el espíritu público que podía salvarnos. Perdida la primera ocasión es difícil que puedan hacer nada. Y no es porque no haya en las Cortes hombres de mucho provecho; no porque en general sus individuos carezcan de buena intención, ni patriotismo, sino porque, siendo muy buenos, no son lo que las circunstancias de España exigían: han hablado y no han hecho nada...Juan Sintierra
Breve reseña de la historia del reino de las Dos Sicilias se centra en el periodo de tiempo en que se produce y consolida la emancipación de los antiguos reinos de Nápoles y de Sicilia de toda dependencia y dominación extranjera.Ángel de Saavedra (1791-1865) fue un escritor, dramaturgo y político. Su obra se enmarca dentro del romanticismo español, y en ella destacan obras como El sueño del proscrito o Historia del Reino de las dos Sicilias.Implicado en política desde joven, Saavedra tuvo que exiliarse debido a sus conexiones con el golpe de estado de Rafael de Riego de 1820. Tras la muerte de Fernando VII pudo volver a España donde al poco tiempo heredó el título de Duque de Rivas. Llegó a ser alcalde de Madrid y presidente del Consejo de Estado, aunque por un corto espacio de tiempo.Posteriormente logró que la reina Isabel II de Borbón lo nombrase enviado especial y plenipotenciario ante el rey de las Dos Sicilias, Fernando II. Tras su llegada a Nápoles, a comienzos de marzo de 1844, presentó sus credenciales ante Fernando II. Fue embajador hasta el 10 de julio de 1850.En 1855 publicó Breve reseña de la historia del reino de las Dos Sicilias, esta aguda reflexión sobre el estado de dicho reino.
Tilmeld dig nyhedsbrevet og få gode tilbud og inspiration til din næste læsning.
Ved tilmelding accepterer du vores persondatapolitik.