Bag om A vista de pajaro
En la escasa pero rica literatura centroamericana, la ciencia ficción se ha visto eclipsada por el realismo en sus distintas corrientes y escuelas. Podemos especular que se debe a nuestra urgencia, como autores, por contar la realidad que nos rodea que nunca, en nuestra historia, ha sido fácil. Pero hay, en nuestra bibliografía centroamericana, producciones de ciencia ficción y fantásticas que merecen el análisis respectivo para comprender mejor aquel inconsciente colectivo que el autor vivió en su momento. Este el caso de la obra de Francisco Lainfiesta y su novela (que el definió como cuento fantástico) A vista de pájaro.Publicada bajo el seudónimo de Paulino en el año de 1879, A vista de pájaro cuenta la historia de un hombre que logra, convertido en un zopilote con ayuda de un hada, vencer la muerte y recorrer los próximos 200 años, siendo testigo de los avances y progresos que la humanidad ha adquirido.Francisco Lainfiesta, fiel seguidor de los ideales morazanistas, abrazó con vehemencia la causa de la revolución Liberal de 1871. Hombre de confianza de don Justo Rufino Barrios, fue el encargado de hacer grabar los billetes de papel moneda que pondría en circulación el Banco Nacional de Guatemala, cuya impresión formaba parte de la organización económica que necesitaba el país e inaugurar la imprenta para instalar en Guatemala la Tipografía "El Progreso" donde editó un periódico con el mismo nombre. Con un fundamento anticlerical y un agudo sentido del humor, Lainfiesta explora en su novela los avances que la Revolución Liberal traerá para su pueblo: La construcción de ferrocarriles y carros eléctricos, el desarrollo de la aeronáutica y las telecomunicaciones, el desarrollo del comercio justo, la unificación de las repúblicas sudamericanas en una sola y próspera Federación, la construcción de ciudades limpias y ordenadas en donde la educación y la salud son universales, el fin de la servidumbre para el indio y su incorporación al desarrollo de la nación, la paz.Lainfiesta nos cuenta en su novela, que el progreso será posible con la implementación de las reformas impuestas por el gobierno de Justo Rufino Barrios, del que él formaba parte y a quien le rinde un homenaje póstumo en su novela a manera de metaficción. Indica con convicción que la eliminación del oscurantismo y la explotación son posibles una vez que se derroten las fuerzas que mueven la iglesia y la oligarquía terrateniente y se disuelvan los ejércitos.Pero la obra de Lainfiesta va más allá de servir de propaganda a mejor estilo de Ivan Efremov en la Unión Soviética estalinista, explora las leyes básicas del cinematógrafo y advierte el horror de un sistema carcelario necropólita y las consecuencias de la arrogancia humana y su fe ciega en el poder de la tecnología para vencer las leyes que rigen la naturaleza prediciendo, de alguna manera, la catástrofe del Titanic y el calentamiento global.A cien años de su muerte en 1912, no nos cabe duda que Lainfiesta se equivocó en muchas de sus predicciones y análisis del futuro, la región centroamericana evolucionó de forma distinta a como él lo vio, a vista de pájaro, en su novela; o es quizás, como en el jardín de Borges que se pierde en un laberinto de tiempos paralelos, que nos bifurcamos como nación, en un tiempo distinto del que debió venir, después de la Revolución de 1871.
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