Bag om Andares de Luthería
Laurencio Zambrano Labrador(La Grita, Venezuela. 1.949)Estudió Teatro y Antropología en la Universidad de Chile. Ha escrito numerosos poemas, ensayos y artículos publicados en antologías (algunas en idiomas: árabe, portugués y alemán), revistas y periódicos nacionales e internacionales. Ha publicado "Gerundios del Olvido" (INBCYBA, Barinas 2009). "Esquejes de canto y piedra "(Monte Ávila Editores, Caracas 2014), título con el que se publicó "Palimpsestos de Seducción y Olvido" libro ganador del 1er. Premio municipal, Estadal y Nacional de Poesía del Certamen Mayor de Las Letras y las Artes (2012- 2013) del Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela (Municipio Obispos 2012 // Estado Barinas 2013// y Caracas 2014). Ha participado en más de 500 eventos poéticos musicales como cantautor y músico profesional.
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LUTERÍA DEL CORAZÓN LUTERÍA DEL CORAZÓN
Doquiera que lo lleve la rosa de los vientos, el mortal
nunca cesa de horadar en su acorde: silba algo de sí,
¿Efímero? ¿Eterno?
--Partituras del otro fraseadas en el viento--
Solfea lo que ignora, incluso, tararea, lo que apenas comprendepara fundar memorias.
A pesar de las máculas, su vanagloria es óntica.
No es pecado emular las biotas de un arpegio, ni mucho menos,
ser testigo del hormonal coloquio entre gredas y vientos.
¿Y por qué no? ganarse la gloria, lidiando en la epopeya
de los pájaros que trabajan remozando
la perpetua lutería del corazón.
Inexorablemente, prólogo y epílogo tienen música:
cada quien será músico de miedos y corajes,
lutier de opacidades y destellos.
Sabemos que el alma tendrá ecos,
si -- ad honorem--azuza el contrapunto
de lo que yace silente en los caminos.
Si, ad libitum, vendimias lo cantable
en coplas de octosílabos andares.
Por fa mayor afina dios
los clavicordios del tiempo en los collados.
Por la natural lo humano canta:
letra y músicas de sí, ¿del otro? ¿tuyas?
--pero jamás de nadie--
!Oh! filarmónico logos de las almas!
Omnisciencia que expande el diapasón
de todos los espejos y los ecos.
Por la mayor, ampara el canto, afina el albedrio.
Al silencio le arranca pasiones y avatares,
cantatas y decires que la mudez codicia. Tal vez por eso,
se nos vaya la vida buscando los adagios,
la melodía que ahuyente la agonía
de vivir asemio y sordomudo...
Lejos, muy lejos y evadiendo
la semiótica percusión de las mortajas.
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