Bag om Aunque camine por el valle de sombra de muerte
Enrique de Münster logra escapar de la abadía y unirse al grupo de rebeldes que opera en la región amparado por la orografía de un tupido bosque. Su proyecto consiste en someter a estos hombres a un duro entrenamiento militar con objeto de levantar un pequeño ejército bien adiestrado que le permita penetrar brevemente en el monasterio fortificado y apoderarse del preciado tesoro que es, al mismo tiempo, una preciosa reliquia y un objeto de poder. Para él, el objetivo final es liberar Alemania del poder franco y del yugo espiritual que, a su modo de ver, representa la Iglesia. El rey Carlos, incomprensiblemente, ha dejado el enclave sin apenas protección. El señor del lugar, el conde de Worms y hermano de Bernardo, así como el obispo, Guido de Urbino, deciden tomar sus responsabilidades. Una batalla se prepara en el helado corazón del más duro de los inviernos que hasta los más viejos recuerdan. Sin embargo, el abad rehúsa la presencia en el recinto abacial de soldados profesionales en permanencia. Tan sólo autorizaría una introducción muy puntual de los mismos. En tales circunstancias resulta de capital importancia conocer el momento exacto en que tal golpe de mano se va a producir. Entretanto, Bernardo progresa a una velocidad inusitada en sus estudios y, tanto el obispo como el gran Alcuino, maestro y amigo del rey, depositan en él grandes esperanzas. En efecto, tanto Guido de Urbino como el rey, tienen los ojos puestos en España.
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