De vista para el mar

Diego compró un apartamento en la playa y, como deseaba inaugurarlo lo antes posible, pidió algunos días libres para el patrón. Sin embargo, en la última hora, su esposa no pudo acompañarlo en el viaje porque no consiguió ausentarse del empleo.Casi no soportando el deseo de viajar sólo, el marido aprovechó el momento en que follaba con la esposa para dar la noticia. Después de mucha discusión, sin embargo, Carolina terminó aceptando que él pasase algunos días lejos.Ya en el edificio, Diego conoció a Graziely, que estaba en el pasillo con varias bolsas de supermercado. El caballero, aunque tuviese intenciones muy diferentes, la ayudó a cargarlas. Sin embargo, antes de salir del apartamento, él fue invitado a tomar una cerveza en el balcón, que era de vista para el mar.La soledad que envolvía a los nuevos amigos hizo que ellos se acercasen y, aún antes de tener sexo varias veces en los pocos días en que el hombre casado permanecería en la playa, acabaron enamorándose. Así, los amantes vivieron un amor loco y despreocupado, repleto de sexo y de orgasmos, hasta que el marido de Graziely llegó del viaje de negocios.La pasión, sin embargo, hizo que la mujer por primera vez infiel se arriesgase para quedarse con Diego, lo que la llevó a enfrentar varias situaciones de peligro. Sin embargo, todo valía la pena para besar y tener sexo con el amante por última vez antes, ya que él pronto volvería con su esposa.