Bag om El retorno de Pedro
Álvaro, trabajando en la digitalización del archivo personal iniciado por Pedro en 1869, descubre un documento del que no tenían conocimiento las siguientes generaciones de su familia. Partiendo del abundante material estudiado, relata la historia de Pedro a lo largo de casi cincuenta años, tras salir de una pequeña parroquia asturiana hacia Cuba buscando poder dar lo mejor a su mujer y sus hijos. Su vida en ese periodo, impregnada de sentimientos, ilusiones, emociones y pasiones, plena de éxitos materiales y de la consecución de retos personales, contrapone momentos de gran tristeza y otros de enorme felicidad. Sus diversas vivencias, experiencias y emprendimiento de negocios, primero en Güines y luego en La Habana, le llevaron a convertirse en una persona querida y empresario de éxito. Sus conversaciones con los peregrinos en el Camino Primitivo de Santiago, que pasaba por su parroquia, le habían trasformado en una persona inquieta, presa del deseo de saber más. Esta pasión por ser mejor y culturizarse le llevó a convertirse en uno de los personajes más cultos y mejor preparados de La Habana, a la vez que un ejemplo para una sociedad que solo buscaba hacer dinero. Su vida en La Habana, plena de sencillez, pero no exenta de comodidades, se basaba en la relación con las personas a su servicio, bien en su casa o en la empresa, destacando las profundas conversaciones que con ellos mantenía, así como su incorporación posterior a tertulias culturales. Toda esa variada actividad refleja su importante personalidad, el valor del cambio en las personas cuando se lo proponen, y la frustración tan intensa a la que se ve sometido al comprender la dificultad de alcanzar el éxito total como persona. Más de ciento cuarenta años después, la aparición de su testamento perdido devuelve la esencia a los valores positivos de este hombre que marchó a Cuba para hacer fortuna. La generosidad, la lealtad y el amor fueron parte de cuanto siempre consideró irrenunciable en su dilatada existencia en La Habana. Ahí quedaba, entre otras muchas cosas, la Fundación Asturias por las Ciencias, una de sus grandes aportaciones. La vida de Pedro a lo largo de tantos años hace comprender el valor de los compromisos, de la aspiración a saber más, reflexionar mejor, respetar a los demás, ponderar las ambiciones, escuchar a quien habla y profundizar en los valores éticos esenciales del ser humano. El sorprendente final y sus consecuencias ponen de manifiesto la importancia de conservar los recuerdos, el escaso valor del dinero, la renuncia y la trascendencia del cumplimiento de las voluntades personales. La identificación con Pedro y otros personajes de la novela da vida al lector, sumándose desde las primeras páginas a participar en primera persona en las vivencias y emociones que se relatan.
Vis mere