Bag om Leyendas históricas de Venezuela
Que la humanidad se salvó de la extinción porque un hombre y una mujer del pueblo tamanaco que sobrevivieron al tsunami que cubrió al planeta entero arrojaron a las aguas el fruto de la palma de moriche, y de sus semillas "salieron los hombres y mujeres que actualmente pueblan la tierra". Que un arriero llamado Hipólito Blanco llevó a Caracas "una estaca prendida del célebre Samán de Güere" como contribución a la construcción del templo de la Santísima Trinidad. Que la práctica favorita de Suazola era el desorejamiento de los pacíficos moradores de un pueblo: "sentar en el banquillo víctima tras víctima, hasta que despareciera la última". Que es mucho el asombro que la historia puede causar queda en evidencia en este libro, que explora detalles y anécdotas relegados por los grandes tratados y que ayudan a armar una visión más humana y global de este relato. Como lo afirmó en su momento el propio Arístides Rojas. "Nuestra historia no ha sido todavía escrita, porque así lo han exigido el tiempo y los acontecimientos pero hemos llegado ya a la época en que deben aglomerarse todos los datos, aclararse los puntos dudosos, rechazarse las fábulas, estudiarse los pormenores a la luz de la filosofía, cotejarse, restablecerse las épocas y descubrir el verdadero carácter, tendencias, influjo de cada uno". Arístides Belisario Rojas Espaillat (Caracas, 5 de noviembre de 1826 - ibídem, 4 de marzo de 1894) fue un escritor, naturalista, médico, historiador y periodista venezolano. Considerado uno de los más notorios divulgadores científicos que ha tenido Venezuela, destacó por sus contribuciones sobre temas científicos, históricos y geográficos.
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