Bag om Pigmalión
Pigmalión, rey de Chipre, buscó durante muchísimo tiempo a una mujer con la cual casarse. Pero con una condición: debía ser la mujer perfecta. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y dedicar su tiempo a crear esculturas preciosas para compensar la ausencia. Una de ellas, Galatea, era tan bella que Pigmalión se enamoró de ella, cobrando vida gracias a la intervención de Afrodita. En Las metamorfosis de Ovidio, se relata así el momento: Pigmalión se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el mármol se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del Sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos. Al despertar, Pigmalión se encontró con Afrodita, quien, conmovida por el deseo del rey, le dijo: mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal. Y así fue como Galatea se convirtió en humana. Para Bernard Shaw, tres aberraciones desnaturalizaban la realidad ante la mirada de los demás: el esnobismo, el cant (versión agresiva del formalismo virtuoso) y el sham, antiguo tabú sexualista o del pudor. A lo largo de su vida profesó muchas creencias, a menudo contradictorias. Esta inconsistencia fue en parte una provocación intencionada. En un tema, al menos, se mantuvo constante: en su negativa a lo largo de toda su vida a seguir las formas normales de ortografía y puntuación del idioma inglés. Prefirió formas de escritura arcaicas como shew por show; eliminó la u en palabras como honour y favour; y en la medida de lo posible rechazó el apóstrofo en contracciones como won't o that's. El mito inspira a Shaw para elaborar una trama donde exponer de forma cómica el contraste entre clases y sus arquetipos, para mostrar como la cultura y el aprendizaje (que puede no ser lo mismo que educación) pueden ser un medio de transformación personal. Esta edición incluye además la versión -centrada en el mito- que el ilustrado Rousseau escribió en 1771.
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