Bag om Una ventana nada discreta
Aunque le gustaban mucho las mujeres y estaba casado con Giselle, a Víctor le encantaba estar desnudo todo el tiempo que podía. También le encantaba mostrar el culo a otros hombres, aunque casi siempre lo hiciese con discreción y demostrase que solo era una coincidencia.El hombre de la barba y el pelo negro ya se había quitado las ropas en playas desiertas, vestidores de tiendas y el patio de su casa, aunque su local favorito fuese una de las ventanas de su casa.Sin embargo, fue en un viaje en un vagón de metro lleno de gente cuando él entró en contacto por primera vez con un hombre. Después de acompañar al desconocido a su tienda, que estaba cerca de la estación, todo cambió para quien soñaba con aquello desde la adolescencia.El día aún prepararía varias sorpresas más para Víctor. Además del vecino que se había masturbado al ver el culo masculino rodando en la ventana de uno de los dormitorios, la propia esposa estaría incluida en una noche impensable.Después de que Giselle descubrió que su esposo llegó a casa con semen en la boca, la vida de la pareja nunca volvería a ser la misma.
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