Bag om El Amigo Manso
Benito Pérez Galdós solÃa llevar una vida cómoda, viviendo primero con dos de sus hermanas y luego en casa de su sobrino, José Hurtado de Mendoza. En la ciudad, se levantaba con el sol y escribÃa regularmente hasta las diez de la mañana a lápiz, porque la pluma le hacÃa perder el tiempo. Después salÃa a pasear por Madrid a espiar conversaciones ajenas (de ahà la enorme frescura y variedad de sus diálogos) y a observar detalles para sus novelas. No bebÃa, pero fumaba sin cesar cigarros de hoja. A primera tarde leÃa en español, inglés o francés; preferÃa los clásicos ingleses, castellanos y griegos, en particular Shakespeare, Dickens, Cervantes, Lope de Vega y EurÃpides, a los que se conocÃa al dedillo. En su madurez empezó a frecuentar a León Tolstói. Después volvÃa a sus paseos, salvo que hubiera un concierto, pues adoraba la música y durante mucho tiempo hizo crÃtica musical. Se acostaba temprano y casi nunca iba al teatro. Cada trimestre acuñaba un volumen de trescientas páginas.
Vis mere