Bag om Fuera de género
El concepto de género -construcción cultural de segregación identitaria a partir del sexo biológico- es relativamente nuevo. Se acuñó precisamente en el momento en que dejó de ser un sitio donde permanecer y en el que individuos y grupos enteros se vieron obligados a darle la espalda y emigrar. Por ello este concepto de asignación de género, como no es raro que ocurra, está en relación mutua con aquello que, por lo menos para algunos, no funciona. Cuanto más se habla de género, más se revela una convención arbitraria de roles, menos existe éste. El nuevo mundo de la postguerra, con la aparición en la palestra pública -la literatura, el arte, los medios y la vida cotidiana- del exotismo de criaturas de la invención erótica, aclara por su extensión vertiginosa la experiencia de que la pérdida de género, por primera vez discutido en su esencia -o falta de tal- no puede repararse nunca. Hay que admitir asimismo que la relación del individuo con su género heredado se rompe desde el momento en que se convierte en tema literario. Como forasteros y extranjeros, los protagonistas recorren la región conocida hasta en su menor detalle pero, niños en el camino de su más intensa curiosidad, se sobresaltan por la confusión de su deseo y, adultos, prefieren ignorar la diferencia entre los sexos y mantenerse en una extática incertidumbre: hace tiempo que se han extraviado, y la casa paterna se ha transformado en una ruina. Michel Foucault, Gilles Deleuze, Herculine Barbin, Lautréamont, Vladimir Nabokov, Juan Carlos Onetti, Federico García Lorca, José Lezama Lima, Marosa di Giorgio, son discutidos aquí junto a consideraciones acerca de la noción de performance en tanto desempeño cotidiano y en tanto desempeño artístico, culminando en la figura de la danza como devenir transformador de las criaturas eróticas.
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