Bag om Los Cuatro Jinetes Del Apocalipsis
En julio de 1914 noté los primeros indicios de la próxima guerra europea, viniendo de Buenos Aires a las costas de Francia en el vapor alemán König Friedrich August. Era el mismo buque que figura en los primeros capítulos de esta obra. No quise cambiar ni desfigurar su nombre. Copias exactas del natural son también los personajes alemanes que aparecen en el principio de la novela. Los oí hablar con entusiasmo de la guerra preventiva y celebrar, con una copa de champaña en la mano, la posibilidad, cada vez más cierta, de que Alemania declarase la guerra, sin reparar en pretextos. ¡Y esto en medio del Océano, lejos de las grandes agrupaciones humanas, sin otra relación con el resto del planeta que las noticias intermitentes y confusas que podía recoger la telegrafía sin hilos del buque en aquel ambiente agitado por los mensajes ansiosos que cruzaban todos los pueblos!... Por eso sonrío con desprecio o me indigno siempre que oigo decir que Alemania no quiso la guerra y que los alemanes no estaban deseosos de llegar a ella cuanto antes.
Vis mere