Bag om Príncipes de la Iglesia
Como nos había pedido el papa, el martes a las diez de la mañana estábamos en la sala Pablo VI uniformados. La guardia suiza a la derecha, los reclutas a la izquierda. Le sentaba bien el traje a Markus, pero se le notaba un tanto nervioso. Supongo que como a todos. Para ellos, empezaba una nueva vida, llena de responsabilidades y de retos.
La sala estaba llena. Los más altos prelados del Vaticano asistían a la ceremonia. - Pietro, mis padres y mi abuelo están sentados en la primera fila después de los monseñores y Patrice y la abuela de Paul también. No me habían dicho nada. Es muy raro.
- Pues no sé. Se suponía que los familiares no podían asistir al juramento. O eso tenía entendido. Y tampoco entiendo muy bien que hacemos nosotros a los lados del trono papal. Sobre todo, yo que no soy guardia.
- Te recuerdo que yo tampoco.
- Bueno, ya, pero al menos tú lo fuiste. Yo ni eso. Calla que viene el papa... "La verdad, algunas veces, puede ser la caprichosa interpretación de la realidad"
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