Bag om La Biblia en España
Estado de los asuntos en Madrid. ¿ Nuevo Ministerio. ¿ El obispo de Roma. ¿ El librero de Toledo. ¿ Las espadas. ¿ Las casas de Toledo. ¿ La gitana abandonada. ¿ Diligencias mías en Madrid. ¿ Otro criado.
Durante mi viaje por las provincias del Norte de España, que ocupó una parte considerable del año 1837, sólo pude realizar una porción muy pequeña de lo que en un principio me había propuesto hacer. Los resultados de los trabajos del hombre son insignificantes comparados con los vastos designios que su presunción concibe; sin embargo, algo se había conseguido con mi reciente viaje. El Nuevo Testamento de Cristo se vendía ya tranquilamente en las principales ciudades del Norte, y contaba con el amigable concurso de los libreros de aquellas partes, especialmente con el del viejo Rey Romero, de Compostela, el más importante de todos. Además, había yo repartido con mis propias manos un número considerable de Testamentos entre individuos particulares, todos de las clases bajas, a saber: muleteros, carreteros, contrabandistas, etc.; de suerte que, en conjunto, tenía motivos bastantes de reconocimiento y gratitud.
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